Sony RX1: Pequeña gran cámara

Si hace unos años os hubiera dicho que en mi último viaje a Irlanda llevaba en la mochila una cámara full frame con tamaño compacto y calidad profesional, me habríais tomado por loco; con razón. Y sin embargo, hoy en día, gracias a los ingenieros de Sony, que llevan largo tiempo intentando hacerse un hueco en un mercado tan inamovible como es el de la fotografía, es posible esto y mucho más.

Cervezas en Porterhouse (Sony RX1)

Si os digo que la Sony RX1 es la mejor cámara compacta del mercado, y la mejor cámara que yo, personalmente, he tenido entre las manos, no estaría exagerando. Así de revolucionaria me ha parecido esta cámara.

Abrir la caja es un poco decepcionante, porque el contenido se limita a la cámara, la batería y un cable para cargar, pero es tener la RX1 en las manos por primera vez y olvidarse de todo. Extremadamente robusta, con materiales de primera calidad, y líneas muy atractivas; el cuerpo es de metal, de alguna aleación de magnesio seguramente, bastante ligero y de tacto agradable.

En un segundo vistazo descubrimos un objetivo fijo Carl Zeiss Sonnar 35mm f/2, que da un rendimiento espectacular y que es ideal para acompañar su sensor de tamaño completo, que es una versión modificada del de la A99. Una combinación ganadora que dejará a más de uno con la boca abierta. No en vano, es el 5º sensor con mayor puntuación de todos los analizados en la reputada DxOMark con un 93 sobre 100.

Conchas (Sony RX1)

También llama la atención lo personalizable que es la cámara, con 5 botones configurables a los que se puede asociar 27 funciones, y 3 modos en el dial en los que poder guardar combinaciones de ajustes que utilicemos frecuentemente.

Todo esto unido al dial de ajuste del tiempo de exposición, los anillos para regular el enfoque y la apertura en la lente y la rueda para regular la compensación de la exposición (que yo no utilizo demasiado) hacen su manejo bastante flexible y rápido, sobre todo para un cuerpo tan pequeño.

Lo que sí echo en falta es una empuñadora para un mejor agarre. Aunque es posible comprar una a parte, da una imagen un poco contradictoria sobre cuál es el público objetivo que busca Sony, y cambiar las líneas no es algo que debiera haber encarecido demasiado el precio del producto.

The Spire (Sony RX1)Acantilados de Howth (Sony RX1)

Aunque la pantalla, de 3” y 1,2M de resolución, es bastante buena, también he echado en falta un visor electrónico integrado, aunque es algo que entiendo, porque podría haber aumentado el tamaño considerablemente. En todo caso, y si supone un verdadero problema, son cosas que son subsanables fácilmente rascándonos un poco más el bolsillo. Nadie dijo nunca que la fotografía fuese un hobby barato.

Y en el caso de la RX1 esto es doblemente cierto porque aquí viene el golpe de realidad directo a la mandíbula. Como decía, esta cámara es una maravilla de la técnica. Y eso, amigos, se paga. Es un precio hasta barato, si tenemos en cuenta lo que ofrece, pero es lo suficiente alto para que los simples aficionados tengan que pensárselo dos veces antes de hacer el desembolso. 2300€ a la hora de escribir estas líneas. Y con un desembolso así, sí, es probable que tu mujer o marido te eche de casa, pero habrá merecido la pena.

A la hora de sacarla de paseo, uno puede guardarla en los bolsillos de la chaqueta, siempre que estos sean relativamente anchos. Lo reducido de su tamaño, su aspecto poco amenazador y el sonido del obturador, que es prácticamente imperceptible, la convierte en una cámara ideal para fotografía cándida y para aquellos que quieran emular a Robert Capa.

Hormigón (Sony RX1)Tréboles (Sony RX1)

La duración de la batería no es muy alta, permite disparar unas 270 fotografías en el estándar CIPA, por lo que es recomendable tener 1 ó 2 de repuesto. El modelo que utiliza es el NP-BX1, de ión-litio y 4,5Wh de capacidad; la misma que las RX100.

En condiciones normales la cámara es bastante rápida y precisa al enfocar, pero como la mayoría de las cámaras que utilizan enfoque por contraste, el funcionamiento es más errático en condiciones de poca luz. En general no me ha parecido un gran problema, sobre todo teniendo un enfoque manual tan funcional gracias al focus peaking y la vista magnificada.

La calidad de imagen, que al fin y al cabo es lo que nos interesa, es excepcional. Muy buen rango dinámico, rendimiento a ISOs altas genial, un bokeh precioso, … Quitando las pocas pegas que os he comentado, es casi una cámara perfecta.

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