7 pensamientos en “Taza vim”

  1. El alumno (levantando el dedo lo más alto posible):
    “Yo, yo, yo, yo”
    El profesor:
    “¡¡Si!!, ¡¡tu!!, el de la camisa azul”
    El alumno (aliviado):
    “Cafeina Señor”
    El profesor:
    “Gracias Google”

  2. Pingback: Ephemera: Porque las cosas no tienen por qué acabar

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